martes, 1 de octubre de 2013

La primera Aparición del "Hombre Llama"

Era la primera vez que Juan patrullaba la costanera de noche,  muchas preguntas pasaban por su mente, sería capaz de poder cumplir su cometido, el de defender a los indefensos y destruir el mal, la noche era fría, Juan caminaba por la costa escondiendo su identidad bajo un antifaz y una capucha que representaba una llama. Cuando ve a lo lejos un grupo de cinco nazis rodeando a un viejo vagabundo.  Este suplicaba que no le hicieran daño, pero  ellos en cambio se burlaban de él. Así que el viejito no quiere que le peguemos dijo  Aarón, el nazi líder. Aarón era el más corpulento de grupo y su palabra era ley. Aarón recoge del suelo una botella de cerveza y la rompe contra un asiento de cemento. Y le acerca la botella a la cara del vagabundo. Escúchame weon, los débiles de mierda no tienen el derecho a vivir. Levanta la botella para cortarle la cara cuando una piedra le golpea la cabeza. ¿Quién fue el culiao?.- Dejen a ese hombre en paz malditas bestias. – Y ¿y quién soy vo? Mi nombre Juan pero me pueden decir Hombre llama.- ¿Hombre llama?

Los Nazis se ríen. Miren el weon ridículo, ¿sabi qué más? Mejor te corto la cara a vo.- Pues ven e inténtalo. Aarón corre  hacia Juan, pero este usando su súper velocidad y fuerza lo detiene de un golpe haciéndolo retroceder unos pasos. Aarón aun  desorientado por el golpe. Intenta mantenerse en pie, pero Juan lanza una patada haciéndolo caer directamente al piso. El resto de los nazis no podían creerlo pero aun así deciden atacarlo. Se abalanzan contra Juan, Juan sabía que no eran rivales para él, tomándolo como juego esquiva cada uno de los golpes pasando entre ellos. Vaya que son lentos dice Juan. En ese momento Aarón se levanta del piso y se acerca por la espalda de Juan,  llevando consigo la botella rota, se prepara para apuñalarlo cuando Juan voltea rápidamente  y de un movimiento le arranca el ojo derecho. Aarón grita de dolor y se revuelca en el piso, sus compañeros no lo podían creer, estos huyen dejándolo atrás, Juan se acerca hacia Aarón y le susurra en el oído. Si los vuelvo a ver por acá, los mato. Aarón tambaleando  por la pérdida de uno de sus ojos huye despavorido, Juan se acerca al anciano. ¿Se encuentra bien?- Vale chico, me salvaste la vida.- No hay de qué. Juan deja atrás al viejo vagabundo y se pierde en la oscuridad para seguir defendiendo a la gente del mal.
Autor: Diego Gorigoitía

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